El Circuito de Hockenheim o Hockenheimring es un autódromo localizado en las cercanías de Hockenheim, Alemania, que alberga anualmente el Gran Premio de Alemania de Fórmula 1, entre otros eventos.
El trazado del circuito se destacaba por ser uno de los más largos de la temporada de Fórmula 1, con un sector rápido que consistía de cuatro rectas de aproximadamente un kilómetro, cortadas por tres chicanas lentas que permitían numerosos sobrepasos, que recorrían un bosque. La zona de tribunas, denominada "Motordrom", compensaba el resto del trazado con curvas trabadas. Este circuito presentaba un desafío importante a los técnicos a la hora de la puesta a punto de los autos para la carrera, puesto que se debía optar entre una configuración con alerones poco inclinados y suspensión dura para maximizar la velocidad final en las rectas, pero a la vez comprometiendo la adherencia del coche en la zona del "Motordrom", o viceversa.
Trazado del circuito antes del año 2002
Para la edición del 2002, el circuito fue rediseñado por el arquitecto alemán Hermann Tilke. La sección del estadio se mantuvo, pero el trazado fue acortado, al reemplazarse el sector de largas rectas de los bosques con una serie de curvas más cerradas. Como en la mayoría de los rediseños realizados por Tilke a petición del dueño de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, varios pilotos y fanáticos han criticado duramente la eliminación de las rectas ya que estas le daban un carácter especial al trazado.
En 1968 en este circuito falleció en un trágico accidente el legendario Jim Clark en una competición de Fórmula 2. El trazado alemán de Hockenheim podría ser catalogado como una de las mayores desgracias que ha hecho Hermann Tilke en los últimos años. Por muy interesante que resulte el trazado actual, siempre veré a Tilke como el mutilador de uno de los circuitos más rápidos e interesantes del calendario de tiempos pasados.
Lo que eran interminables rectas entre los frondosos bosques alemanes, que incluso hacían que los monoplazas perdieran las comunicaciones con los boxes, se ha convertido en un circuito moderno de carga aerodinámica media, que combina una parte veloz en el inicio de su trazado con una mucho más lenta en la conocida zona del estadio que da fin a la vuelta.
Como sucede en todos los circuitos con dos zonas tan claramente diferenciadas en cuanto a velocidad y requerimientos del monoplaza, el compromiso en los reglajes es una de las claves del rendimiento. En general, los pilotos prefieren tener una buena velocidad punta en las rectas para adelantar o no ser adelantados, por lo que las manos del piloto en las lentas curvas del estadio, sobre todo este año que no disponen de control de tracción, serán más importantes que de costumbre con los monoplazas más descargados de ala.
El trazado alemán de Hockenheim presenta buenas posibilidades de adelantamiento, ya que las rectas del inicio de la vuelta están generalmente seguidas por fuertes frenadas. Especialmente interesante será la frenada para la horquilla de la curva 6, a la que se llega tras la “recta” más larga del cicuito, y donde será esencial tener un coche estable en frenada. La exigencia de los frenos es similar a la de Bahrein, por lo que no debe obviarse este aspecto.
Hockenheim también es una pista exigente para las gomas, y es por ello que Bridgestone suministrará este fin de semana sus compuestos medio y duro. El principal problema que sufren las gomas no se deriva de un desgaste excesivo (salvo que el calor sea exagerado), sino que viene dado por las zonas lentas de tracción y las fuertes frenadas. Será la primera vez que las nuevas gomas Bridgestone monomarca pisen el trazado alemán para un fin de semana de Gran Premio.
La estrategia habitual en este Gran Premio será a 2 paradas, y como sucede siempre que nos encontramos con un circuito que no tiene ninguna curva rápida a destacar, el efecto de la carga de combustible sobre el tiempo por vuelta no es de los más elevados, valorándose en 3 décimas por cada 10 kg adicionales de carga.
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